S
seven
Guest
Aunque se han pasado con el Photoshop, tiene buenas caderas y unos pechos con un pezón muy jugosito, aunque algo caídos. Parecen naturales, se sienten así, y eso es lo que me gusta... para plástico sale más barato con otras. La hora se me hizo corta, pero el presupuesto no daba para más. Es implicada, un poco sosita al chupar, pero se deja hacer de casi todo con lengua y con dedos. NO soy de griego, así que no pregunté, pero pude disparar 3 veces, la primera en la ducha, algo apretaditos pero muy suave. Iba tan caliente que no me dio tiempo ni de avisarla y le marque labios, nariz y ojos. No dijo nada, aunque no me succionó hasta la última gota y dejó el trabajo de escurrir para la mano. Se le perdona por el susto 
Acabamos el magreo mientras se quitaba mi disparo y le sobaba las tetas y el coñito. El resto, poco innovador. Frontal con las piernas en los hombros y descarga en la barriguita. Preferí dedicarle a hablar con su coñito más que con ella, cuando llevaba un rato allí dándole a la lengua y abriéndole hueco con los dedos, le dio un tembleque y decidí que, como ya la tenía bastante dura otra vez, que me montase ella. Fue una buena decisión, se restregó como una perra, hasta que se aceleró un poco más de la cuenta y decidí comerle las tetas apretándola bien. Estaba ya falto de fuerzas, así que aunque intenté bombearla cogida del culo, tuvo que acabarme ella. Nos quedamos quietos un par de minutos y, oh surprise, me dio un par de besitos en el cuello. Fue la despedida. Sin marcas, por suerte. ¿Repetir? Si estuviera sola, igual. No me van los pisos concurridos.
Acabamos el magreo mientras se quitaba mi disparo y le sobaba las tetas y el coñito. El resto, poco innovador. Frontal con las piernas en los hombros y descarga en la barriguita. Preferí dedicarle a hablar con su coñito más que con ella, cuando llevaba un rato allí dándole a la lengua y abriéndole hueco con los dedos, le dio un tembleque y decidí que, como ya la tenía bastante dura otra vez, que me montase ella. Fue una buena decisión, se restregó como una perra, hasta que se aceleró un poco más de la cuenta y decidí comerle las tetas apretándola bien. Estaba ya falto de fuerzas, así que aunque intenté bombearla cogida del culo, tuvo que acabarme ella. Nos quedamos quietos un par de minutos y, oh surprise, me dio un par de besitos en el cuello. Fue la despedida. Sin marcas, por suerte. ¿Repetir? Si estuviera sola, igual. No me van los pisos concurridos.