- Nacionalidad: Colombiana
- Edad: Yo le echaría sobre los 25
- Dirección: Joaquín Rodrigo, por la farmacia
- Valoración de las Instalaciones: Muy limpias. Duplex con escalera minúscula en la que no sabes si mirarle el culo a Alexia al subir o mirar los escalones
- Precio del servicio y duración: 60€ media hora. Se puede pagar con tarjeta con un recargo de 3€
- Fecha del encuentro (aproximadamente): semana pasada, primeros de septiembre
- Valoración Cara,cuerpo, tetas: Negraza alta, 1.70-1.75, algo más rellenita que en las fotos, pero deliciosa. Tran inferior poderosísimo. Culazo sublime y piernas gruesas. Todo libre de celulitis. Las tetas, a pesar de estar bien, han tenido un pasado mejor.
- Actitud: muy atenta. No es un alarde de jolgorio, es tranquila y amable.
- Besos: Nop. Ninguno.
- Fuma: Nada de nada.
- Francés: Con goma, pero bastante bueno. No completo, claro.
- Griego: Lo ofrece con suplemento, pero también ofrecía el francés “si hay higiene” y nanai, así que pasando.
- Folleteo: Sabe moverse
- Lo mejor: Su culo, ponerla a cuatro para enterrar la cara ahí es subir al paraíso. Y follarla así después es como tomarse unas cañas con dios y que pague él.
- Lo peor: Dos cosas: el francés con goma y la falta de besos.
- La recomiendas?: Sí, sabiendo a lo que vas.
- Valoración de la experiencia (de 0 a 10): 7
En esto del follisqueo puteril busco lo que no tengo en casa, supongo que como todos, y normalmente tengo siempre una primera elección: o algo muy salvaje o un bomboncito negro (a veces tengo una tercera, que es hacerme a una trans). El caso es que las ganas de comerme a una negra me venían en aumento estos días atrás al ver las fotos de Alexia, así que me decidí, aun sabiendo que el polvo iba a ser suavito.
Quedo con ella y me emplaza en un número de la calle. La aviso porque he llegado 10’ antes y me indica que vaya al siguiente. Ando un poco y, al momento, estoy en el duplex con los pies en una alfombra y con una negra imponente delante. Me entrega 2 chanclas desechables y me da gel hidroalcohólico para las manos. Me toma también la temperatura y me pregunta que si he venido en coche. Subimos al piso de arriba por una escalera hiperestrecha en la que el único punto donde mirar es el culazo de Alexia con ese vestidito de enfermera que quiere deslizarse hacia la cintura. Ya en la habitación, pone el aire y le pido abonar con tarjeta. Sale a por el tarjetero y una botella de agua que me había ofrecido y entra, poco más tarde, con una MILF rubia que dice ser la dueña de la casa vestida con una bata de seda que casi enseña teta. Muy atenta, tampoco me importaría visitarla en otra ocasión. (Le pregunto a Alexia si trabajan más chicas en la casa y me dice que sólo una que da masajes y ella).
Me ofrece ducha o lavarme los bajos y le digo que me lave, que media hora no es para andar duchándose. Pasamos al baño que está fuera de la habitación y me lava los bajos con maestría. Mientras me hago el colutorio se lava ella.
Ya de vuelta en la habitación, me siento al borde de la cama y ella se acerca y me ofrece teta. Se las como encantado mientras le sobo ese culazo que tiene. Al poco me recuesta y se echa encima de mí, volviéndome a ofrecer las tetas. Entonces se centra en el pequeño Vlad, lo menea un poco para que coja vigor y me lo encapucha con uno de esos condones de kevlar. En este momento ya di el polvo por perdido, pero he de reconocer que la muchacha se esforzó en hacerme una mamada bastante decente a pesar del condón: le pone ganas y te mira mucho a los ojos.
Tras un poco disfrutando de sus labores se levanta, pone una pierna en la cama, abriéndose toda, y me agarra la cabeza para llevarla a su coño. Esta actitud me sorprende muy gratamente y le dedico mis mejores artes, comiendo su coño y paseando también para lamer su ojete. Es todo negro ahí abajo, nada de esos rojitos, éste es negro, negro y me encanta. La muchacha parece que lo está disfrutando y yo me crezco, la pongo a 4 en el borde de la cama y se lo como todo, agarrando ese culo grande y terso. Así le como un rato y cambia de postura tumbándose. De nuevo, me agarra la cabeza para que no pierda el enfoque. Sigo deleitándome ahí y me harto a comer.
Parece que la muchacha está a punto de caramelo: me tumba, se sube en mi como una amazona y me folla hasta conseguir su orgasmo. Es aquí cuando me esquiva un beso de una manera elegante y sensual. Yo la beso el cuello y sigo moviéndome dentro de ella, agarrando también tetas y comiéndoselas con gusto.
La paso a misionero y le doy así un rato, pero el plato fuerte está por venir. La quiero poseer a 4 y así se lo digo. Se coloca en el borde de la cama y yo, de pie junto a ella, la follo con deleite. Me encanta el espectáculo de cogerla de las nalgas a la vez que se las abro y veo cómo mi polla desaparece en su coño negro. Esta postura me parece la ideal para pasar del punto de no retorno, así que, después de cambiar varias veces de ritmo, le digo que me quiero correr.
Mientras yo permanezco en la misma posición, ella se sienta en el borde de la cama, me quita el condón y me pajea hasta que me corro en sus tetas mientras ella me mira a los ojos. Fantástico contraste de mi leche blanca en su piel.
Aseo personal breve, charreta ligera y nos despedimos. A casa contento.