Bia Spencer:
https://www.agenda69.com/travesti-valencia-bia-spencer-2515/
Hacía mucho tiempo que deseaba estar con una hermosa y dotada mujer como las que veía en fotos y videos pero nunca me atrevía a dar el paso final. Hasta ahora.
Este verano finalmente me decidí. Estuve varias semanas mirando anuncio y llamando a chicas, indeciso aún; pero cuando vi que Bia Spencer estaba en mi ciudad, después de leer las excitantes y maravillosas experiencias con ella que hay en el foro, lo tuve claro. La llamé un martes por la mañana a finales de agosto, me atendió amablemente, me explicó sus servicios y tarifas y me dijo que la llamara media hora antes para prepararse y porque ella también tiene una vida privada y no puede estar siempre disponible (esto me llamó la atención porque ninguna de las otras chicas a las que llamé me lo dijo, pero es completamente lógico y entendible).
A media tarde de ese mismo día me dirigí a la dirección que me había dado, la llamé y pasé esa media hora de espera preguntándome cómo resultaría la experiencia. Al volver a hablar con Bia me indicó el piso y me avisó de que no llamara al portal, ella me abriría (entonces y después pude comprobar que Bia es una persona muy discreta). Subí, menos nervioso de lo que esperaba, y entré. Bia estaba detrás de la puerta, vestida sólo con un conjunto de sujetador y braguitas rojo y muy sexy que dejaba al descubierto su cuerpazo escultural. La primera impresión fue muy buena, ella es preciosa, y terminó de seducirme con su voz dulce y femenina con ese acento brasileño... Pasamos a su cuarto, me pidió que me desvistiera y me preguntó si queria ducharme y tomar algo. Desnudo ante esa impresionante mujer l pedí un poco de agua y acepté esa ducha para refrescarme un poco. Cuando regresé, y después de poner los 100 euros sobre la mesa, empezamos a charlar un poco. Ella me dijo que le gusta charlar para relajar un poco el ambiente y hacer las cosas más fáciles. Me preguntó dónde había visto su anuncio y que la mayoría de sus clientes son habituales del foro.
"Bueno, ¿y qué deseas hacer, cuál es tu fantasía?", me preguntó con esa voz tan dulce.
"Bueno, esta es mi primera vez y me pongo en tus manos".
Bia sonrió y me pidió que me pusiera a 4 patas al borde de la cama. "Relájate", y así lo hice, dispuesto a disfrutar. Cuando sentí la lengua húmeda de Bia penetrando mi anito virgen me sentí en el cielo. A su pregunta de si me gustaba lo que me estaba haciendo respondí con un profundo suspiro. Después de lubricarme el culito empezó a meterme su polla todavía dormida, podríamos decir. Fue una sensación extraña sentir por fin mi ano lleno por un trozo de carne caliente, un poco incómoda pero NADA NADA DOLOROSA. "Tienes un culito dilatado, ¿tienes juguetes en casa". "Un par de consoladores. Hacía tiempo que no los usaba, pero los he cogido para entrenar mi culito". "Sí, pero no son como una polla de verdad". Desde luego que no.
Con mi culo ya lubricado y estrenado, cambiamos de postura. Bia se tumbó en la cama y se bajó las sexys braguitas rojas para enseñarme su sorpresa. Es preciosa, como el resto del cuerpo de Bia, suave, blanca, totalmente depilada. Estaba morcillona. Yo me puse de rodillas entre sus piernas y empecé a chupar y meterme en la boca sus ricos huevos y luego su polla. ¡Deseaba tanto sentir una polla dentro de mi boquita! Traté de mamarla lo mejor posible y con cuidado, pero me temo que la raspé sin querer con los dientes (lo siento, Bia). Ella me señaló el tatuaje tan sexy de unas cerezas que tiene en un lado del vientre y yo me lancé a chuparlo y besarlo. "Ja, te estás comiendo mis cerezas y mi plátano". Y yo saboreando unas frutas como nunca antes. "Chúpame las tetas, que me gusta mucho". Y yo, obediente y deseoso, empecé a chupar esas ricas tetas redonditas, de un buen tamaño y muy suaves.
Después de disfrutar del cuerpazo de Bia, llegó el tercer acto de la función. Me pidió que me tumbara en la cama boca arriba y que levantara el cuerpo para poder colocarme un cojín y las piernas lo más arriba posible. En esa posición estaba totalmente a mercer de esta diosa. Sentí su polla penetrarme de nuevo, poco a poco, sin dolor alguno. Ella llevaba la voz cantante en todo momento y me dijo que me pajeara mientras ella se follaba mi culito ya no virgen y me llamaba "zorrita" (aunque una sola vez). Yo me concentraba en lo que el roce de su polla contra las paredes de mi esfinter me hacía sentir, lo que tanto había deseado. Luego fue ella la que empezó a pajearme mientras me pedía que yo me moviera también para clavarme más su polla. Así, con la suave mano de Bia masturbando mi polla y yo moviendo las caderas como una putita me corrí entre espasmos de placer.
Bia cogió unos trozos de papel para limpiarnos, aunque yo hubiera preferido limpiar su mano de mi leche con la boca. Me di otra ducha rápida y mientras me vestía charlamos un poco más. Ella me preguntó cuánto medía (soy bajito) y ella me dijo que mide 1,73 y que me había recibido con unos taconazos, también me dijo que lleva muchos años en España y que tiene el corazón dividido entre nuestro país y el suyo, que la altura es herencia de su padre y su piel blanca preciosa de su madre (si estoy confundido, perdón Bia), me mostró unas esposas y unos consoladores que usaba con algunos clientes, y yo le pregunté dónde iría despues. Sevilla o Almería, no estaba segura aún (creo que los afortunados fueron los sevillanos). Llegó el momento de despedirnos, me acompañó a la puerta y le di un pequeño beso en la mejilla.
En definitiva, fue una primera experiencia maravillosa e inolvidable. Bia es guapísima, tiene una voz muy dulce, es simpática y agradable y una gran profesional. Nada ni nadie nos molestó en todo el rato, que se me pasó en un suspiro.
Como me pediste, Bia, aquí tienes el relato de nuestro encuentro una tarde de agosto, aunque con algo de retraso. Puedes sumar uno más a tu legión de admiradores, de conquistas. Muchos besos y cuídate.