En agosto pase a ver a esta chavala, motivado por vuestros comentarios positivos. Se volvió a cambiar de piso, ahora está por calle San Vicente en la zona del AVE, cerca de la Plaza España. La habitación es bastante buena, ese piso no lo conocía pero debe llevar tiempo (el piso tiene una sala de sado equipada que me mostro al salir, pero ella no lo usa). En su propia habitación tiene una cama redonda y un espejo enorme desde la cama hasta el techo, tiene aseo con bañera y una camilla. Es color canela, buen tipo, algo de barriguita. A mi gusto de cara no está mal sin ser un bombón, tiene su punto: 8. Tetas naturales, pezones oscuros; 7. Culo un 8. Chochete depilado excelente con algo de pelo arreglado en el monte de venus, tiene labios externos pequeños, estrechita y con forma de hamburguesita de piel muy suave: un 9.De implicación un 10.
Al lio, quede a primera hora de la tarde con ella, le pedí que se presentara “veraniega” y no me defraudo, jeje. Pasamos a la habitación al fondo del pasillo y me propone una duchita juntos, me pareció excesivo para estar con ella solo media hora, pero quien se niega con ella delante solo con un tanga de bikini minúsculo y tacones… En la ducha me enjabona y aclara los bajos, ella hace lo mismo muy natural, sin mojarse el pelo (me gusto el detalle que tomo toallas limpias de un armario). Muy cómodo, con ella. A la cama!! Se pone encima y comienza caricias y besitos dejándose meter mano. Baja al pilón y comienza el francés a pelo, bastante bien. La vista en el espejo sensacional. Le como el chochito a placer, le gusta. Me enfunda y follamos, ella a cuatro patas, después en la camilla más folleteo primero ella de pie con una pierna arriba de la camilla y después ella acostada en la camilla y yo de pie bombeándole muy a gusto tuve un megacorridón en su chocho (con la goma). Ella se corrió, aunque es muy de gemir, se corrió de verdad lo puedo asegurar, ella lo disfruto como yo. Me propuso otra duchita para quitarme el sudor, que aunque tiene aire acondicionado hice un buen ejercicio, esta vez, ella estaba melosita y muy guay, al echarme agua me palpo por todo el cuerpo como “su macho”. Me fui a casa como un rey triunfante. Valió la pena? Sí, mucho. Voy a repetir? No sé cuándo, pero quedaron cosas pendientes con ella.