Yo no soy, ni dejo de ser, de brasileñas. Como tampoco soy, ni dejo de ser, de rusas, colombianas, españolas, argentinas... Vaya, que el tema de la nacionalidad no es para mi nada determinante a la hora de elegir a quien follar o a quien dejar que te folle, depende del día.
Respecto a las brasileñas, he tenido, como supongo que la mayoría de vosotros, de todo. Experiencias buenas, malas y regulares. Así que si alguna cosa he aprendido es que la implicación (más que el cuerpo en sí) es lo que al final más vale en cualquier experiencia.
En relación a los precios, ya se sabe, esto es cuestión de oferta, demanda y el bolsillo de cada uno. A mi no me gusta malgastar, pero por 10 euros arriba o abajo tampoco me caliento mucho la cabeza si la chica realmente me gusta. Casi me joden más los sablazos cuando me acerco a una gasolinera o cuando como en algún restaurante que te cobra muy por encima de la calidad de la comida que sirve (algo cada vez más habitual).
Tampoco me importa mucho si las chicas estan de paso o son más o menos fijas entre nosotros. Ellas tienen su negocio y nosotros nuestro vicio. De nuevo, me importa más la implicación. Y prácticamente siempre, eso sí, elijo independientes. Unos días milfs, otros teens, otros treintañeras. En mi caso se cumple aquello de que en la variedad está el gusto.
Por cierto, mi última experiencia, de ayer mimso, ha sido con una brasileña. Está de paso. Y la recomiendo para quien guste de buenos besos, buen francés y buen coño. Uno setenta de cuerpo natural (excepto unas tetas operadas aunque nada estridentes) y ningún tatoo (no me gustan) quitando dos o tres dibujitos en los dedos. Beyoncé (613366635) se hace llamar. Y los 30 ya no los cumple. 70/100 y 130 € por 30/45/60 minutos. Os la recomiendo, gustos y bolsillos personales mediante.