Buenos días y feliz año a todos los camaradas.
Lo primero antes que nada es volver a disculparme por ser de ese tipo de forero que consulta mucho y escribe poco, prácticamente cuando la ocasión lo requiere. Hoy es un día de esos.
El día del sorteo de Navidad, decidí fabricarme mi propia suerte y darme un homenaje en EV. Pregunté por las chicas que había por wassap y decidí pasarme a que me hicieran una presentación. Ya había estado en la casa, la última vez con Cloe, pero no conocía a la mayor parte de las que había y pensé que lo mejor era verlas a todas a ver que me entraba por los ojos.
Como siempre, la atención exquisita, pero pronto empezó la situación a complicarse. Nada grave, más que media Valencia había tenido la misma idea que yo, y aquello parecía el camarote de los hermanos Marx. Todas las habitaciones estaban ocupadas, y me ubicaron en la pequeña a la izquierda nada mas entrar, habitación algo desangelada y con puerta de cristal. Evidentemente, las chicas disponibles iban menguando, la primera que me birló el cliente inmediatamente anterior fue Babi, que tenía curiosidad por ver. Para colmo, esa habitación comparte cuarto de baño con otra, cosa que si ya de por si es incómodo, además resulta que en ese momento tenía como inquilino del baño a un albañil que estaba reparando la bañera.... al que podía oir perfectamente e incluso ver, a través de una puerta traslúcida. A todo eso, chicas que entran a presentarse, clientes que llegan, clientes que salen, aquello parecía una caseta de la feria de abril.
A estas alturas ya no recuerdo las chicas que se presentaron, pero entre que ninguna me llamó especialmente la atención, y que no podía sentirme nada cómodo en aquel contexto, le dije a la encargada al final del paseillo lo que me pasaba y que prefería pasarme otro día más tranquilo.
Y aquí viene lo bueno, para que se sepa la categoría de esa santa casa: la encargada no dejó que me fuera y se lo comentó a Estrella, quien viene y me dice, tras disculparse por las circunstancias, que me regala media hora con Vinyet. Con dos cojones. Yo ni siquiera había protestado, tan sólo comenté que no me sentía muy cómodo, pero Estrella, profesional como la copa de un pino, no podía dejar que ningún cliente se fuera descontento de su establecimiento.
Tengo que reconocer que me resistí algo, pero Estrella fue muy vehemente, amabilidad y clase infinita, y me convenció a quedarme. En cuestión de pocos minutos, desapareció el albañil y entró Vinyet, chica muy recomendable, pero que comentaré en su correspondiente FT.
Al finalizar el servicio, tuve que insistir personalmente y en varias ocasiones para que Estrella me cobrase, cosa que seguía sin ninguna intención de hacer. Finalmente, tal vez por dejar de escucharme, tan sólo aceptó la parte de Vinyet, que bien merecido lo tenía la chica, pero no la de la casa. Por supuesto, de no haber insistido yo, no me cabe duda que ella personalmente habría pagado a su chica.
Que se sepa, que en Valencia podemos estar muy orgullosos de tener una casa donde se nos trata y se nos respeta así.